Las intolerancias alimentarias se producen cuando el metabolismo y el sistema digestivo, reaccionan mal ante la ingesta de ciertos alimentos.
No debemos confundir una intolerancia alimentaria con una alergia alimentaria.
En las alergias alimentarias, es nuestro sistema inmunitario el que reacciona ante un alimento que considera nocivo para nuestro cuerpo. Y que además puede desencadenar un cuadro médico más grave que precise incluso de hospitalización.
En el caso de las alergias alimentarias es imprescindible eliminar el alimento causante de la alergia de inmediato. Nuestro sistema inmunitario siempre va a rechazar la entrada de ese alimento en nuestro organismo.
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Además en el caso de las intolerancias alimentarias se valorarán varias opciones. Limitando o eliminando temporalmente la ingesta del alimento causante de la intolerancia. Para posteriormente, volviéndolo a integrar en la dieta, ya que las intolerancias pueden ser temporales.
Sintomatología asociada a las intolerancias alimentarias
La sintomatología asociada a las intolerancias alimentarias es fundamentalmente digestiva. Puede aparecer entre la media hora y hasta las 36 horas posteriores a la ingesta de alimentos.
El problema está asociado a la metabolización de los azúcares presentes en los alimentos.
Cuando los azúcares no son absorbidos por el intestino, el cuadro sintomático suele ser de dolor abdominal y diarreas. La no absorción facilita la atracción de agua.
También puede producirse una fermentación de los azúcares que irrita la flora. Desequilibrando las bacterias y produciendo dispepsia, náuseas o también dolor de cabeza.
Ante una intolerancia, nuestra flora intestinal se daña y la permeabilidad se resiente.
Un problema que puede causar déficits importantes de minerales y vitaminas como el hierro o la vitamina B12.
La no absorción de ciertos minerales y vitaminas pueden causar serios problemas en la calidad de vida de las personas.
Además puede llegar incluso hasta problemas de desnutrición.
Para entender perfectamente qué tipo de intolerancia podemos presentar debemos analizar si es de tipo metabólico o se trata de una intolerancia inespecífica.
También debemos analizar si la intolerancia es primaria o secundaria.
Cuando hablamos de intolerancias de tipo metabólico nos referimos a que ciertos alimentos no son asimilados por el organismo. Y el proceso digestivo se hace pesado porque el metabolismo rechaza ese tipo de alimentos.
Intolerancia inespecífica
La intolerancia inespecífica la encontramos en pacientes que presentan molestias gastrointestinales tales como dispepsia, hinchazón intestinal, estreñimiento o también diarreas.
En estos casos el paciente suele detectar fácilmente qué alimentos le son más difíciles de digerir. Para poder suprimirlos en la dieta y comprobar si los síntomas mejoran o incluso desaparecen.
En cuanto a si una intolerancia es primaria o secundaria, basta con analizar si la sintomatología ocurre frecuentemente o está asociada a etapas en las que el paciente está tomando cierta medicación, como los antibióticos, causantes de un desequilibrio importante en la flora intestinal.
La importancia de la microbiota intestinal
La microbiota es un conjunto de microorganismos presentes en nuestro cuerpo y está compuestas por millones de bacterias beneficiosas, aunque también hay presencia de virus, hongos y protozoos.
Hemos oído hablar mucho sobre la necesidad de tomar probióticos para lograr equilibrar una microbiota resentida por agentes externos.
El estilo de vida actual, el estrés y la mala alimentación son los responsables de los desequilibrios. Como consecuencia más directa, provocan un debilitamiento del sistema inmunitario y un desequilibrio metabólico que conduce a la inflamación.
Cuando el desequilibrio está presente en el intestino, hay una mayor predisposición a desarrollar enfermedades autoinmunes e intolerancias o alergias alimentarias. Ya que las bacterias malas, presentes ahora en la microbiota, ganan terreno a aquellas bacterias protectoras.
Las bacterias protectoras son las encargadas del buen funcionamiento a la hora de metabolizar los alimentos.
Si el intestino presenta baterías nocivas, se perderá la tolerancia ante ciertos alimentos, desarrollando intolerancias o incluso alergias.
Vamos a ver cuales son las intolerancias más comunes
Intolerancia a la Lactosa
El dato estadístico cifra en España que 1 de cada 3 adultos no tolera la lactosa pero desconoce su intolerancia ya que existen 3 grados y, si el paciente no padece una intolerancia de grado 3, no es recomendable suprimir los lácteos en la dieta.
En los últimos años las tendencias alimentarias, que también existen, han llevado a muchas personas a demonizar los lácteos. Pero estos son muy beneficiosos para la salud, por su alto contenido en calcio, proteínas y otros minerales y vitaminas.
Qué es la Lactosa
La lactosa es el azúcar presente en la leche de los mamíferos y precisa de la presencia de la lactasa en el organismo para poder metabolizarla.
Hay casos en los que se nace sin esta enzima, lo cual significa que la intolerancia es primaria y será vitalicia.
En personas adultas es en las que más se presenta el déficit de la enzima lactasa pero éste no suele ser total, sino parcial y la pérdida de lactasa se va adquiriendo con el tiempo pero puede ser reversible.
Esto quiere decir que hay épocas en las que ciertos pacientes no van a tolerar la leche, o sus derivados, manifestando malestar digestivo y cansancio.
Hay otros pacientes que toleran los derivados como el yogur, o ciertas leches como la de cabra, con un porcentaje inferior de lactosa que la leche de vaca.
Cuando la intolerancia se presenta lo recomendable es limitar su ingesta, incluso suprimirla, pero al cabo de unos meses volver a introducirla de manera gradual para lograr que la lactasa presente en nuestro organismo sea capaz de volver a degradar la lactosa.
Recordemos también que la lactosa puede estar oculta en múltiples alimentos y medicamentos.
Existe una prueba diagnóstica para evaluar la intolerancia a la lactosa.
Intolerancia al Gluten
Una de las intolerancias sobre las que más hemos oído hablar en los últimos años.
Una moda o tendencia en algunas personas que tienden a eliminar por completo el gluten de la dieta sin motivo aparente.
Qué es el gluten
El gluten es un conjunto de proteínas presentes en los cereales (trigo, cebada, avena, espelta, kamut). Estas proteínas también ayudan a dar elasticidad, al unirse a la fermentación, a las masas del pan.
Además el gluten se compone de glutelina y prolaminas que son las causantes de la reacción inmunológica que provoca la enfermedad celíaca, cuando no son metabolizadas.
Una persona celíaca padece una inflamación intestinal que puede llegar a niveles patológicos importantes y causantes de una mala absorción de nutrientes esenciales para la salud. Como el hierro y ciertas vitaminas indispensables, como la vitamina D.
Cuando se detecta celiaquía en una persona, la eliminación del gluten de su alimentación va, sin duda, a ayudarla muchísimo y a mejorar su salud.
En muchas ocasiones es difícil diagnosticar si existe enfermedad celíaca y debemos someternos a un diagnóstico médico preciso. Antes de eliminar por completo el gluten de nuestra dieta. Ya que podemos tener cierta sensibilidad y hay que valorar el grado.
Actualmente, el gluten no goza de buena fama y son muchas las personas que lo eliminan de la dieta sin necesidad alguna.
Queremos explicarte que, si no eres celíaco, los beneficios de los cereales son muchos y debes incluirlos dentro de una dieta saludable y real.
Celíacos o sensibles al gluten
El hecho de que en la actualidad existan muchos más celíacos que antes se debe a la manipulación que el hombre ha hecho genéticamente en los cultivos, en las tierras donde se realizan, la climatología, etc.
Todos estos cambios han provocado qué muchas personas adaptaran las enzimas que metabolizan el gluten y rechacen su metabolización.
Por ello, actualmente, hablamos de celíacos y de sensibles al gluten.
Celíacos.- Claramente deben eliminarlo de la dieta y en sus analíticas queda demostrado que gran parte de los nutrientes están bloqueados provocando serios problemas en su salud. Con el paso de los meses, la microbiota se reequilibra y los celíacos recuperan su salud.
Sensible al gluten.- Que parece que cada vez son más, han demonizado los cereales, sin causa demostrada, por ligeros síntomas digestivos que alertan de que deben eliminar el gluten de sus vidas. Y también de la de sus familias, pero antes deberían probar simplemente sustituyendo ciertas harinas por otras integrales y de calidad porque hay panes y panes.
También hay casos en los que el grado de sensibilidad es muy alto y la sintomatología es prácticamente la misma que la de un celíaco. En estos casos, el paciente deberá abandonar la ingesta de gluten mínimamente un año.
Intolerancia a la Fructosa, Sorbitol y Sacarosa
Otra de las intolerancias de las que más hemos oído hablar.
Destacar que cuando hablamos de fructosa solo debemos referirnos a intolerancia y no a alergia. Se puede presentar una alergia a una fruta o verdura en concreto, pero no a la fructosa en general.
Como ocurre con la lactosa, la intolerancia a la fructosa puede ser genética, lo cual implica que se nace sin la enzima responsable de metabolizarla. En este caso la intolerancia será de por vida.
Si la intolerancia es secundaria, se adquiere con los años, el paciente manifiesta síntomas digestivos. En ocasiones afectando a su calidad de vida, ante la ingesta de múltiples alimentos. Ya que la fructosa está presente en frutas, verduras, en la miel, en muchos excipientes, en productos procesados.
El intestino, la microbiota, no puede degradar el azúcar y éste se fermenta en el intestino grueso causando múltiples molestias.
La intolerancia al sorbitol es menos conocida, pero muchas personas la han desarrollado por una ingesta excesiva de productos que contienen este edulcorante.
Conocido además por sus bajas calorías y como sustitutivo de azúcares. Un edulcorante muy presente en chicles y en los famosos productos light.
La intolerancia a la sacarosa es muy parecida a la intolerancia a la lactosa. Ya que la sacarosa, presente en todos los alimentos que contienen azúcar, precisa de la enzima sacarasa para poder degradar y metabolizar el azúcar común.
Redactado por Mayka Jimenez de Aranoa
Revisado y Corregido por Yesenia Carolina Pérez
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